La llegada de las primeras heladas intensas del año provocó un fuerte impacto en la producción frutihortícola de Mendoza y el norte argentino.
Así lo explicó Omar Carrasco, titular de la Unión Frutícola, en diálogo con Mnews Radio El Observador Mendoza, quien analizó las consecuencias del frío en los precios y la disponibilidad de frutas y verduras.
“Cuando cae la primera helada fuerte, se deja de sacar mercadería local con precios moderados y comienza a llegar producto del norte”, señaló Carrasco.
Sin embargo, este año la situación se agravó porque también el norte sufrió daños climáticos, lo que afectó la oferta en general.
Productos con mayores aumentos
Algunos productos han duplicado su valor en apenas unos días:
- El cajón de tomate pasó de $10.000 a $20.000.
- El choclo, que costaba entre $25 y $30, ya roza los $60.
- También se registraron subas en zapallito italiano, berenjena, pimiento y otros cultivos sensibles al frío.
“Estamos en un momento de transición entre la producción local y la que se trae de afuera”, explicó el dirigente.
Se espera que los precios se estabilicen en el transcurso de la próxima semana, aunque podrían continuar en alza.
Productos locales aún accesibles
Algunos productos locales todavía mantienen valores más bajos, como la papa, cebolla, camote, zanahoria y lechuga.
No obstante, los productores de estos cultivos enfrentan una situación crítica.
“Los precios de venta no cubren los costos de producción”, advirtió Carrasco.
Detalló que al productor se le paga una bolsa de papa a $1000 en el campo, mientras debe afrontar gastos como cosecha, bolsas, fletes y entradas a los mercados.
Crisis de consumo y rentabilidad
El sistema de comercialización suele incluir intermediarios, aunque existen algunos productores que venden directamente en ferias.
La caída del consumo es otra variable preocupante.
“Las ventas han bajado más del 50%”, indicó Carrasco.
El bolsillo de los consumidores ya no alcanza ni siquiera para las verduras, tradicionalmente una alternativa frente al encarecimiento de la carne.
Este escenario también repercute en las verdulerías, muchas de las cuales abren y cierran en cuestión de meses debido a la baja rentabilidad.
“Estamos en una época parecida al 2001. Se abren muchas verdulerías, pero no duran”, comparó Carrasco.
Además, mantener productos en frío tampoco es viable por el alto costo de la energía eléctrica, por lo que la disponibilidad de frutas y verduras frescas dependerá del clima en las próximas semanas.
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Fuente: mnews.com.ar
